viernes, 5 de octubre de 2012

Dobles intenciones

Dobles intenciones donde no las hay

Hay personas que por su naturaleza, memoria genética, experiencias personales o quizás porque en su vida diaria conllevan el doble standard, tienden a buscar dobles intenciones en cualquier acto humano. Con eso me sigo topando en todas partes, en el trabajo, con mis colegas, con las que creo que son mis amigas y hasta en mi familia.
Reconozco que todavía me sorprendo cuando ello ocurre, porque la cuchilla llega sin avisar, como un castigo por haber querido pasarme de viva en alguna acción que se me ocurrió llevar adelante sin otra intención que la buena voluntad.

Hace un tiempo me ocurrió con una "amiga" a la que quise ayudar, porque había queddo sin trabajo. La vi tan angustiada que le propuse extender una sociedad de profesionales que tenía en marcha con otra persona. Se entusiasmó y a poco andar ella era el motor de todo, con mucha energía, presionada -seguramente- por su condición de desempleada. Los otros dos integrantes tratábamos de seguirle el ritmo, pero nos era más difícil, ya que ambos trabajábamos y esta sociedad era una idea que teníamos para concretar en el mediano plazo y no a corto plazo.

Vimos que, en realidad, se podían acortar los tiempos y se nos fueron presentando varias opciones, todas buenas, en el camino, hasta llegar a entusiasmar a dos inversionistas. En estas rondas de conversaciones también exploramos posibles inversionistas propuestos por mi "amiga", dándonos cuenta con el otro socio que se trataba de personas con ideas predeterminadas y que podrían causar más mal que bien.

Luego de varias reuniones con los potenciales financistas de la sociedad fijamos una reunión para un día determiando por "mi amiga", pero cuán grande sería la sorpresa que a la hora que debía empezar la reunión no sólo no llegó, sino que me comunicó por teléfono que se bajaba del proyecto, obligándonos a dar explicaciones a todos los presentes. Más tarde se reunió conmigo y mi cuasi socio, dándonos una serie de razones, que me provocaron mucha desilusión pero con la que me sorprendió fue con la doble intención que le dio a lo que habíamos conseguido. Entre otras cosas planteó que los inversionistas que seguían en pie eran familiares y que ella quedaría en desventaja dentro de la sociedad en el caso de la toma de decisiones, lo cual fue rebatido por mi socio y yo, ya que ni siquiera se me había pasado por la mente esa posibilidad.

Cómo eso no fue suficiente mi "amiga" desempleada, de pronto se engrandeció y me planteó que tampoco estaba de acuerdo con los sueldos que íbamos a tener, porque su trabajo "valía" una cantidad X de dinero, el cual estaba muy por encima de lo que podría valer mi desempeño profesional, exigiéndome qué le dijera cuánto creía yo que valía mi trabajo Como pienso que no tengo precio le repliqué que ella tasara mi labor, puesto que manejaba mejor esos conceptos, lo que evitó hacer.

No quería creer lo que estaba escuchando, porque en esos momentos era yo la que estaba con trabajo y no ella, pero no quise manifestárselo, para no herirla. Pero en su actitud siguió buscando dobles intenciones donde no las había, consiguiendo que nos alejáramos para siempre.
Qué compleja es la relación con el ser humano.
 

Blogger news

Blogroll

About